Creencias populares sobre la alimentación de niñas, niños y adolescentes.


No necesariamente. Todo depende de la sazón con la que se prepare. Se recomienda el uso de especias y caldos naturales , así como el uso de ingredientes variados. El hogar es el lugar donde aprendemos a comer y los sabores que encontramos allí permanecerán siempre en nuestra memoria. Las niñas y niños especialmente, aprenden a valorar los olores, sabores y preparaciones de su casa. Si participan activamente en la preparación de los alimentos pueden adquirir destrezas y empezar a querer lo que ellos preparan.
Falso. La comida de la casa puede ser tan nutritiva como queramos. Una alimentación sana no solo incluye variedad de alimentos de todos los grupos, sino que tiene porciones adecuadas según la edad. No es necesario el uso de suplementos porque todos los nutrientes podemos encontrarlos en los alimentos.
Falso. La alimentación y el bienestar de niñas, niños y adolescentes es responsabilidad de todos. Aunque no seamos quienes preparamos los alimentos, podemos participar activamente en este proceso si nos informamos, compartimos la información fiable y recetas saludables con las personas que nos apoyan en esta labor, y las motivamos a adoptar hábitos de alimentación saludable. Además, preparar una comida equilibrada y sabrosa no toma más de 30 minutos.
Falso. Se trata de educar el paladar. El gusto pasa por la boca, pero los sabores se graban en el cerebro. Si aprendemos a comer con poca azúcar y poca sal nos acostumbraremos al sabor natural de los alimentos. La mejor manera de cambiar la costumbre de usar demasiada azúcar o sal es disminuyéndolos poco a poco. Adicionalmente, podemos explicarles a nuestras hijas o hijos por qué es importante que todos en casa disminuyamos el uso excesivo de estos ingredientes.
Falso. Enseñarle a nuestras hijas o hijos a alimentarse de manera saludable no es una tarea exclusiva de las familias. El colegio juega un papel muy importante porque allí pasan gran parte del día. Por esto, podemos incentivar espacios de reflexión en el colegio y entre las familias sobre el tipo de alimentación que ponemos a disposición de ellas y ellos. Si trabajamos en alianza con el colegio, es mucho más sencillo ayudarles a niñas y niños a desarrollar hábitos de alimentación saludables.
Falso.Una buena salud siempre será lo más importante para la vida. Los hábitos alimentarios son muy importantes para asegurarla.
Falso. Es común escuchar en las familias que cuando la niña o niño es cachetón está saludable. Esto no es cierto. Tampoco es verdad que la delgadez extrema significa salud. Niñas y niños deben tener un peso adecuado acorde a su estatura. Cuando están creciendo deben recibir los alimentos y porciones necesarias para aumentar su peso y talla de manera saludable. Es importante tener en cuenta que hay edades donde tienen cambios sustanciales y ganan más estatura que peso. Ningún alimento en exceso es bueno, ni siquiera la proteína. El punto clave está en lograr un equilibrio entre lo que se come y la energía que se gasta.
Falso. Ser vegetariano no tiene ninguna implicación negativa para la salud, siempre y cuando la alimentación sea variada y balanceada. Es importante recordar que, si nuestras hijas o hijos van a llevar una dieta de este tipo, es recomendable tener acompañamiento de un profesional de la salud.
Falso. Los ingredientes para preparar comida saludable son muy variados. Existe una gran cantidad de ingredientes de diferentes colores, sabores y texturas que permiten preparar platos exquisitos. Con alimentos reales y nutritivos podemos preparar no solo cremas y ensaladas deliciosas, sino tortas, pizzas, empanadas, arepas y hamburguesas.
Falso. Los productos ultraprocesados son más costosos que los alimentos naturales. Aunque estos dan una mayor sensación de llenura, no está bien que niñas y niños se acostumbren a quedar completamente llenos, y menos si es a consecuencia del consumo de productos ultraprocesados. Cuando gastamos dinero en “alimentación” poco saludable, más adelante tendremos que asumir costos en medicinas y hospitales. Dar alimentos saludables a niñas y niños es asegurar vidas saludables y felices.
No necesariamente.Si nuestras hijas o hijos tienen buen apetito, disfrutan de la comida, son felices o tienen energía muy posiblemente es porque están bien alimentados. Las mejores señales nos las da su cuerpo, aunque su bienestar emocional y psicológico también puede darnos señales. Si notamos cambios de comportamiento, menor rendimiento académico y dificultad para construir relaciones con los demás, es recomendable acudir a un profesional a través del servicio de EPS. Adicionalmente, debemos acudir regularmente a las consultas de control de crecimiento y desarrollo.
Falso. Una de las mejores herramientas para que niñas y niños sean personas independientes y seguras frente a diferentes situaciones de la vida es que se vean envueltos en las tareas del hogar. Que cocinen, es una muestra de su autonomía y, además, ayudará a fortalecer su educación alimentaria. Cuando nuestras hijas e hijos colaboran en la preparación de los alimentos en el hogar, desarrollan habilidades de trabajo en equipo y cooperación.
No necesariamente. La evidencia muestra que los componentes de algunos alimentos se alteran cuando calentamos la comida en el microondas, lo que puede llegar a ser perjudicial en el largo plazo. Sin embargo, no hay ningún problema si lo utilizamos ocasionalmente.
Falso. Sin embargo, es mejor consumirlas unos minutos después de terminar de comer. Lo más importante es que no le demos a nuestras hijas e hijos bebidas endulzadas. El agua o los jugos de fruta natural sin azúcar añadida son una buena opción.
Verdadero. Efectivamente no tienen azúcar, pero contienen endulzantes químicos (edulcorantes) que pueden tener efectos negativos sobre la salud; además, pueden propiciar el consumo de otros productos que tienen azúcar adicionado, debido a que aumentan las preferencias por el sabor dulce.