Al final de este documento encontrarás un ejemplo de formatos que pueden ayudarte a la hora de ir al mercado en familia y programar las horas para comer.
En grados más avanzados pueden enseñarse los gramos, litros, miligramos y otras medidas, así como, incentivar el interés de los alumnos por conocer los usos, historia y procedencia de los alimentos. En Ciencias Naturales, a través de los alimentos, se pueden presentar ecosistemas y las características climáticas necesarias para producir diferentes alimentos. En otras áreas como Ciencias Sociales, se pueden explorar los procesos de cultivo y producción de alimentos como dinámicas de los territorios en los que se producen esos alimentos, la gastronomía de las diferentes regiones de Colombia y del mundo etc.
Otra manera mediante la cual las instituciones educativas pueden aportar al desarrollo de los hábitos sanos de las niñas y los niños es a través de la creación de entornos escolares saludables. Estos no solo promueven hábitos de alimentación saludable, sino que permiten que niñas, niños y adolescentes puedan aprender cómo cuidar su salud de manera consciente a través de las elecciones diarias. Una de las recomendaciones del informe de la Comisión para acabar con la obesidad infantil, es que “los entornos en los que se reúnen niñas, niños y adolescentes (escuelas e instalaciones o eventos deportivos) y los programas que ven, y en los que participan a través de una pantalla, no deberían promocionar alimentos malsanos ni bebidas azucaradas” (OMS, 2016).
Con esto en mente, es muy importante que los colegios además de limitar la disponibilidad de productos comestibles ultraprocesados, desarrollen estrategias para desincentivar el consumo de comida poco saludable y el sedentarismo como estilo de vida.
Esto último puede hacerse a través de jornadas deportivas, actividades extracurriculares y eventos que promuevan la actividad física y reduzcan los comportamientos sedentarios en niñas, niños y adolescentes (OMS, 2016).