¿Cómo enseñarles a nuestras hijas e hijos a alimentarse sanamente?

Desde el hogar

Como lo mencionamos anteriormente, desarrollar un hábito es un proceso. Por eso, para que niñas, niños y adolescentes adquieran hábitos de alimentación saludables, el papel de personas adultas encargadas de su cuidado es esencial. Además de informarnos sobre cómo promover hábitos de alimentación saludable en nuestras hijas e hijos, es muy importante motivarlos a desarrollarlos a través de nuestro ejemplo.

Para lograr esto, podemos poner en práctica algunas de estas ideas:

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Invitar a las niñas y niños para que nos acompañen a hacer mercado, a visitar las plazas de mercado locales, los cultivos, plantaciones o huertas que hay en las regiones donde viven. De esta manera, ellos no solo lograrán entender de dónde vienen los productos que consumimos, sino que aprenderán progresivamente, cómo elegir alimentos saludables.

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Leer juntos sobre alimentación y nutrición. Podemos, por ejemplo, buscar recetas para cocinar en familia o investigar sobre el origen de sus alimentos favoritos.

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Compartir en familia el consumo de alimentos nos permite reforzar hábitos saludables y enseñarles por qué es importante tener una buena alimentación.

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Participar en las actividades que giran en torno a la alimentación saludable como charlas, talleres y otras actividades interactivas promovidas por la comunidad educativa. Durante estas actividades le podemos enseñar a niñas, niños y adolescentes a entender la publicidad de los alimentos.

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Hacer que la comida sea algo divertido para las niñas y niños. En edades tempranas, identificar formas, colores, sabores, tamaños y otro tipo de características en la comida es una estrategia muy interesante. Nuestras hijas e hijos pueden descubrir que la comida, además de aportarnos nutrientes, es muy divertida, y esto les dará muchos más incentivos para entender los beneficios que puede traerles consumir una dieta balanceada.

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Plantear juegos en los que se les enseñen las propiedades nutricionales de cada alimento y los beneficios para la salud que trae consumir cada uno de estos. Un ejercicio interesante puede ser escribir el menú de la semana teniendo en cuenta las cosas que más nos gusta comer en casa. Tener claro el menú al comienzo de la semana y comprar lo necesario, no nos ayudará únicamente a ahorrar tiempo en la cocina, sino evitará que desperdiciemos los alimentos.

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Nuestro país cuenta actualmente con la ley 2120 de 2021 que obliga a que todos los productos comestibles o bebibles clasificados de acuerdo a nivel de procesamiento con cantidad excesiva de nutrientes críticos establecidos por el Ministerio de Salud y Protección Social, deberán implementar un etiquetado frontal donde se incorpore un sello de advertencia, que deberá ser de alto impacto preventivo, claro, visible, legible, de fácil identificación y comprensión para los consumidores, con mensajes inequívocos que adviertan al consumidor de los contenidos excesivos de nutrientes críticos. Esto proporciona una ayuda importante para identificar qué productos se deben evitar. Es importante identificar los sellos en los productos para tomar la mejor decisión al elegir qué comprar. Entre más sellos tenga un producto, mayores serán los efectos perjudiciales sobre la salud de la familia.

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Compartir las tareas de la cocina con niñas, niños y adolescentes es otra estrategia para generar interés por la alimentación. Esta es una estrategia muy útil para fomentar el trabajo en equipo y es una excelente opción para que niñas y niños sientan que son tenidos en cuenta para las tareas del hogar y las decisiones que se toman dentro de él.

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Solicitar información sobre la comida que reciben niñas, niños y adolescentes en el restaurante y tienda del colegio también es muy importante ya que no es suficiente con concentrarnos en los hábitos que tienen en el hogar, cuando la mayor parte del tiempo están en sus colegios.

Al final de este documento encontrarás un ejemplo de formatos que pueden ayudarte a la hora de ir al mercado en familia y programar las horas para comer.

Desde el entorno escolar

Teniendo en cuenta que niñas, niños y adolescentes pasan una gran parte del tiempo fuera de casa debido a las jornadas escolares, también es importante reforzar sus hábitos en el colegio. Y para esto es esencial asegurarse de que la alimentación que reciben es nutritiva e higiénica y es consumida en lugares aptos para reducir el riesgo de intoxicación e infecciones.

Desde los grados más pequeños hasta los más grandes, las materias que se desarrollan están vinculadas indirectamente con el consumo y producción de alimentos. Las niñas y los niños por ejemplo pueden aprender los colores y las formas, haciendo una identificación de los alimentos que son más nutritivos. Para esto, podemos hacer uso del plato saludable de la familia colombiana contenido en las GABAS.

En grados más avanzados pueden enseñarse los gramos, litros, miligramos y otras medidas, así como, incentivar el interés de los alumnos por conocer los usos, historia y procedencia de los alimentos. En Ciencias Naturales, a través de los alimentos, se pueden presentar ecosistemas y las características climáticas necesarias para producir diferentes alimentos. En otras áreas como Ciencias Sociales, se pueden explorar los procesos de cultivo y producción de alimentos como dinámicas de los territorios en los que se producen esos alimentos, la gastronomía de las diferentes regiones de Colombia y del mundo etc.

Otra manera mediante la cual las instituciones educativas pueden aportar al desarrollo de los hábitos sanos de las niñas y los niños es a través de la creación de entornos escolares saludables. Estos no solo promueven hábitos de alimentación saludable, sino que permiten que niñas, niños y adolescentes puedan aprender cómo cuidar su salud de manera consciente a través de las elecciones diarias. Una de las recomendaciones del informe de la Comisión para acabar con la obesidad infantil, es que “los entornos en los que se reúnen niñas, niños y adolescentes (escuelas e instalaciones o eventos deportivos) y los programas que ven, y en los que participan a través de una pantalla, no deberían promocionar alimentos malsanos ni bebidas azucaradas”  (OMS, 2016).

Con esto en mente, es muy importante que los colegios además de limitar la disponibilidad de productos comestibles ultraprocesados, desarrollen estrategias para desincentivar el consumo de comida poco saludable y el sedentarismo como estilo de vida.

Esto último puede hacerse a través de jornadas deportivas, actividades extracurriculares y eventos que promuevan la actividad física y reduzcan los comportamientos sedentarios en niñas, niños y adolescentes (OMS, 2016).